
Indagando un poco por la red, hemos encontrado una conferencia de Marc Prensky muy interesante que habla sobre la necesidad de transformar el currículo para orientar la educación hacia el futuro y que pueda ser válida para estudiantes nacidos en la era de Internet y los nuevos medios digitale
En ella nos dice que es importante que reflexionemos sobre lo que significa ser una persona cualificada y un buen educador en este nuevo milenio en el que han nacido los estudiantes de hoy en día, ya que seguimos con sistemas educativos del siglo XIX.
Como bien sabemos, nos encontramos en un escenario de cambio constante, en el que el volumen de información se duplica cada poco tiempo y la tecnología es omnipresente, con lo cual, estamos de acuerdo con Prensky en que es necesario replantear en qué consiste la mejora de la calidad educativa. No podemos quedarnos en el pasado, ni seguir con sistemas educativos y currículos anclados en él.
Afirma que los estudiantes de hoy en día son diferentes; quieren usar las herramientas tecnológicas de su tiempo, ya no les satisface una educación que no se relaciona bien con el mundo real en el que viven. Son la primera generación de Internet y necesitan nuevos objetivos y nuevas estrategias pedagógicas. En su libro
“Enseñar a nativos digitales” (2011), Prensky ya decía que “irónicamente es la generación criada en la expectativa de la interacción la que está por fin madura para los métodos de enseñanza basados en las habilidades y en el “hacer” que los expertos del pasado han indicado siempre que son los mejores para aprender, pero que fueron ampliamente rechazados por las altas esferas educativas al considerarlos demasiado difíciles de implementar”.
Por otro lado, defiende que la pedagogía consistente en explicaciones de contenidos que después hay que reproducir en exámenes, es cada vez menos eficaz. Y por ello, hay que mejorar y adaptar nuestra pedagogía; “la tecnología digital, usada de forma inteligente, puede ayudar a hacer esa transformación que conecte el aprendizaje de los estudiantes a su nueva realidad y que sea atractivo y útil para su futuro.”
Asimismo, Prensky en su conferencia argumenta que, si no tenemos Internet en el aula, quedamos aislados y perdemos lo más importante: el acceso a la nueva sociedad del conocimiento. Actualmente, se trabaja ya en la nube, con conexiones cada vez más ubicuas y omnipresentes, vivimos en una nueva era de cerebros ampliados por la tecnología, que nos permite hacer muchas más cosas y más rápido. Sirve además de soporte imprescindible para potenciar nuevas formas de aprender, mediante proyectos relacionados con el mundo real que nos rodea, planteando retos a los estudiantes que les permitan aprender haciendo, desarrollando las competencias que van a necesitar a lo largo de toda su vida, con especial énfasis en su creatividad, capacidad de iniciativa y emprendimiento, sabiduría digital, alcanzando logros que puedan reflejar en sus portafolios como evidencias de aprendizaje.
Estamos totalmente de acuerdo en que los docentes no solo tienen que cambiar cómo enseñan, sino también qué enseñan. Estamos solo en el inicio del nuevo mundo que se avecina. Necesitamos un nuevo currículo que sea más relevante, que esté relacionado con el mundo real y enseñe a construir soluciones, que incorpore las competencias necesarias en la nueva sociedad del conocimiento, lo cual requiere que la tecnología sea uno de sus pilares.
Cuando hablamos de educación, debemos tener en cuenta que es para todos, que nadie debe quedar excluido. Y eso implica que no puede haber docentes que elijan no usar los nuevos medios como medio de aprendizaje, porque entonces estarán impidiendo que sus alumnos puedan acceder a recursos clave en el desarrollo de sus competencias para aprender a lo largo de toda la vida.

El nuevo contexto tecno-social cambia casi todo, no podemos seguir haciendo lo mismo, tenemos que experimentar con los nuevos medios, participar en redes de aprendizaje, hacer analítica de datos para detectar lo que cada alumno necesita para avanzar, tener en consideración el interés de los estudiantes por las nuevas aplicaciones de móviles (apps), los mundos virtuales, la impresión 3D, la robótica, las tecnologías que expanden la capacidad de nuestro cerebro y que nos facilitan un mejor y más amplio procesamiento de datos e información… La entrega de contenidos es algo que pueden hacer las máquinas y eso cambia el rol docente hacia un trabajo especializado más relacionado con la facilitación y mejora de los procesos de aprendizaje de cada estudiante, con la empatía, la motivación, la guía y el apoyo a la pasión por aprender.
Está claro que necesitamos innovación en los procesos, pero también es imprescindible creer en lo que los estudiantes pueden hacer. Son una nueva generación global que tiene más en común con los jóvenes de otros países que con sus generaciones precedentes. Por ello, defiende que: “Tenemos que escuchar a nuestros estudiantes, comprender sus intereses.”
Prensky considera que, aunque es un cambio que se debe propiciar desde las administraciones, son los docentes quienes pueden y deben liderar dicho cambio debido a que es en las aulas donde tiene que brotar con el impulso docente como principal guía y motor.
Necesitamos una nueva educación que empodere a docentes y estudiantes con la tecnología en sus cimientos. No sirven las excusas, es algo que podemos hacer independientemente de las circunstancias si tenemos el convencimiento de la necesidad de transformar la educación para reorientarla hacia el futuro.
En definitiva, necesitamos una educación que forme a los estudiantes en la resolución de problemas de su mundo real actual y futuro, en las competencias que van a necesitar para la vida, donde la tecnología será cada vez más omnipresente y necesaria para ser una persona completamente alfabetizada.